Bienvenida a la era de la pérdida de la inocencia cariño, nadie desayuna con diamantes y nadie vive romances inolvidables.

Time.


Yo no escogí enamorarme de ti, pero la primera vez que te besé nuestros dientes se rozaron por una milesima de segundo y fue increible. La hora exacta de ese beso eran las 12:10 y quité la pila del reloj para que se quedase la hora detenida para siempre, parada. El minuto exacto en el que me besaste, esta metido en un reloj para siempre y ya nunca sé que hora es, pero me da igual, y desde entonces miro constantemente el reloj

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