Bienvenida a la era de la pérdida de la inocencia cariño, nadie desayuna con diamantes y nadie vive romances inolvidables.

Supongo que con el tiempo las cosas cambian.
Se hacen más pesadas o más fáciles de llevar, se crece por dentro y por fuera. Se dejan los juguetes de lado para emprender un nuevo camino y un nuevo aprendizaje.
Y por ese camino se pierde lo más bonito que tenemos, la inocencia de nosotros mismos, se pierde parte de nuestra esencia como personas.
Pocas personas la conservan, por ejemplo yo.
A mi se me quedó bastante atrás, hace ya mucho tiempo.

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